Wednesday, November 2, 2011

13

Lorena Schuster Varela 13. Negué con la cabeza. “Imaginé que no resultaría fácil…”. Torció el gesto y suspiró resignado. Al instante me sentí terriblemente agotada… Un cosquilleo en los labios. Un gusto metálico, como de sangre. Alcancé a abrir la boca, pero no pude emitir sonido alguno. El peso del bar y del mundo sobre los hombros… El café… Pero, ¿en qué momento…? “Vaya… Rápido y efectivo. Como decía el prospecto…”, sonreía Molina. “¿Acaso son todos idiotas?”, quise gritar…Pero claro, nadie quería ni mirar al hombre que arrastraba a su novia borracha hasta el auto “Espero que seas un buen señuelo…”